1. ¿Para qué sirve un guion?

El guion se escribe teniendo en cuenta todos los procedimientos técnicos del medio audiovisual. El arte del guion no se entiende sin las posibilidades y las limitaciones de la técnica y el lenguaje audiovisual.

Dice Jean Claude Carrière (un mítico guionista francés que trabajó en muchas ocasiones con Luis Buñuel) que el guion es lo más importante y a la vez lo menos importante de una película. No es raro encontrar el último día de un rodaje todas las hojas del guion subrayadas, con tachones, recortadas y echas una pelota en la papelera. Una vez dentro del set de rodaje, el guión se pone a merced de los medios técnicos y expresivos del director, los actores y el equipo técnico. Parece como si nadie le debiera respeto. Eso sí, cuando ese mismo equipo se encuentra en callejones sin salida y no sabe cómo enfrentarse a la siguiente escena, siempre recurre al guion.

Un buen guion contiene en su historia todas las respuestas que una realización técnica pueda plantear. Es muy importante que un guionista sepa de cine, de montaje, de los entresijos del rodaje, de la dificultad de realizar determinados efectos y que tenga idea de lo que cuesta económicamente realizar una película. En definitiva, que sepa lo que se puede y lo que no se puede hacer en el cine. Al mismo tiempo, una persona que se quiera dedicar a la realización audiovisual tendrá que ser una persona ávida en lecturas, de historias, de cómics, de películas, etc.

El guion contiene la idea-madre de la realización, pero al mismo tiempo es deseable que se quede atrás en el mismo proceso técnico de traducir en imágenes lo que está escrito en palabras. Por tanto, podemos decir que el guion es aquel texto que, además de contar la historia, contiene los diálogos y todas las indicaciones necesarias para realizar una obra audiovisual.

Así, convenimos en que para contar una historia empleando el lenguaje audiovisual, el guion es el primer paso necesario.