En este apartado nos sumergiremos definitivamente en el conocimiento de las diferentes propiedades de las hojas de estilo que nos permiten controlar la apariencia de una página web. Con lo que conocemos hasta ahora podemos decidir con facilidad en qué lugar queremos que se aplique uno u otro estilo, por lo que sólo necesitaremos tener presentes las posibilidades disponibles.

Como punto de partida necesitaremos un documento base con abundante texto y diferentes etiquetas, donde iremos realizando las modificaciones. Probablemente nos resulte cómodo emplear un editor web, como el que hemos venido empleando hasta ahora.

No obstante todas las reglas que vamos a analizar pueden ser aplicadas directamente mediante una hoja de estilos externa, nuestro método favorito de trabajo con estilos.