1. Antecedentes del cine
¿Qué tienen en común estas dos imágenes?
La primera es la imagen de un jabalí polícromo pintado en las prehistóricas Cuevas del Altamira. La segunda es Caballo y jinete (1912), de futurista italiano Carlo Carrà. Si las observas con detenimiento, ambas son imágenes estáticas creadas por el hombre, pero es indudable que poseen una vocación cinematográfica, en tanto que sus autores (un anónimo cavernícola y un artista de vanguardia) quisieron imprimir movimiento a una imagen estática multiplicando las extremidades del animal al que pintaban.
De hecho, en los antecedentes más próximos al cine está precisamente la imagen de un animal de cuatro patas: un caballo. Las cronofotografías y los experimentos de Étienne-Jules Marey y Eadweard Muybridge se acercaban ya en mucho a lo que finalmente será el cinematógrafo de los pioneros hermanos Lumière en la década final del siglo XIX. La serie de fotografías de Muybridge demostraría que hay un instante, aunque no lo podamos percibir a través de nuestros sentidos, en que un caballo a galope no apoya ni un solo casco en el suelo:
Pero había algo más importante que este hallazgo. Faltaba muy poco para la aparición del cine: la síntesis del movimiento mediante la proyección sucesiva de estas fotografías sobre una pantalla para que produjera este efecto:
¿Qué ha ocurrido? Como en un espectáculo de magia, en el cine hay truco. El truco se llama persistencia retiniana. Este fenómeno óptico explica la capacidad el ojo (o, mejor, la retina) de guardar la última imagen que recibe, haciendo que un objeto sea percibido incluso cuando ya no esté. Fue definido por Joseph Plateau y da respuesta a la ilusión de movimiento sobre la base de una serie de imágenes estáticas. Como símbolo de la persistencia retiniana es célebre el taumatropo de John Ayrton (París, 1824). Consiste en un disco con dos imágenes diferentes en ambos lados y un trozo de cuerda a cada lado del disco. Ambas imágenes se unen estirando la cuerda entre los dedos, haciendo al disco girar y cambiar de cara rápidamente. El rápido giro produce que, ópticamente, y por el principio de persistencia retiniana, la ilusión de que ambas imágenes están juntas.
Puedes hacerlo en casa, es muy sencillo. También puedes probar con un folioscopio, una facilísima forma de animación visual. Es un cuaderno que contiene una serie de imágenes que varían gradualmente de una página a la siguiente, para que, cuando las páginas se pasen rápidamente, las imágenes parezcan animarse simulando un movimiento u otro cambio.
En realidad esto es todo. Los orígenes del cine, una vez Joseph-Nicéphore Niepce y Louis Daguerre habían desarrollado la fotografía en la primera mitad del siglo XIX, se fundamentan en aplicar a una serie de impresiones fotográficas la idea de persistencia retiniana y en el interés por innovar y aplicar constantemente las técnicas y la investigación sobre los nuevos descubrimientos. El cine no es más que la idea de 24 fotografías por segundo que el ojo percibe como una sola imagen en movimiento.
Curiosidad
Es tan potente esta idea de la fotografía más la resistencia retiniana, que cualquiera que tenga acceso a una cámara de fotos puede hacer cine. Hoy se conoce por stop-motion a la técnica de hacer cine a partir de una serie de fotos. Aunque no sea la tarea principal de este tema, te proponemos hacer tu propia película usando la técnica de stop-motion con tu cámara de fotos o tu teléfono móvil a partir de este tutorial.