1.2. Un mundo plano

Por los diversos motivos que pudiéramos imaginar, el hombre ha sentido la necesidad de expresar y mostrar sus ideas, sentimiento y emociones en un soporte bidimensional. Correr, saltar, comer, etc. son acciones que aprendemos de un modo natural y universal, y que forman parte de nuestras actuaciones en el mundo tridimensional en que nos movemos, pero dibujar o pintar en un papel requieren un aprendizaje más concienzudo y racional, ya que tenemos que hacer un esfuerzo mental, un ejercicio de abstracción para poder traducir lo tridimensional a dos únicas dimensiones. En muchas ocasiones es muy práctico obtener en dos dimensiones la información del mundo tridimensional, ya que el soporte bidimensional se puede transportar, y permite hacer en ellos reducciones o ampliaciones de los objetos representados.

Pintar y dibujar viene a ser como tener adquirido el dominio de un lenguaje, donde hay que conocer cómo se dice cada cosa, y los elementos y recursos que permiten hacerlo. Dejar una huella en un espacio bidimensional es fácil, pero querer dominar los recursos y técnicas que te permiten expresar intencionadamente algo en dicho soporte, requiere un aprendizaje.

¿De qué maneras hemos conseguido plasmar lo tridimensional en bidimensional?

imitando e inventando con aquellos materiales que dejan su huella en el soporte bidimensional hemos conseguido plasmar infinidad de ideas, lugares, objetos y formas, emociones y sentimientos en un mundo plano. El dibujo, la pintura, la fotografía y el vídeo y el cine son maneras de hacerlo. Cada una de estas disciplinas emplean recursos distintos, aunque el soporte bidimensional es común a todas ellas.