7. Arte con acento andaluz
Juan Fernández Lacomba Juan F. Lacomba (Sevilla 1954). Pintor e historiador del arte, cursó estudios en la Universidad de Sevilla. Ha sido becado en varias ocasiones tanto en España como en el extranjero. En Francia obtuvo la beca del Ministerio de Asuntos Exteriores francés para artistas extranjeros, residiendo algunos años en París.
Desde los
años setenta dedicado a la práctica de la pintura, que compagina con una activa labor cultural. Especialmente implicado
en una plástica sensual y expresiva, siempre en relación con el paisaje y la memoria. Desde los inicios
de la década de los años noventa se siente atraído por el paisaje de Doñana y
sus marismas. Iniciando una serie pictórica actualmente en proceso de
gestación. (Texto extraído de la página web del artista). Enlace a algunas obras de la Suite Doñana La suite Doñana "Desde el año 1994 el interés de Lacomba se centra en las marismas del Guadalquivir, en la zona de Doñana (parque y preparque, de Mazagón a Sanlúcar con el vértice superior en Puebla del Río), iniciándose en dicho año un ciclo aún no terminado, titulado justamente con el nombre del parque natural y que constituye una de las empresas pictóricas de mayor aliento emprendidas en nuestro país en los últimos tiempos. Hasta ahora, la producción consiste en más de medio millar de óleos, una serie de grabados, miles de fotografías, incontables dibujos y algunos escritos. Y no hay que olvidar que durante este tiempo el pintor no ha dejado de realizar numerosas obras al margen de la serie, sobre todo acuarelas y collages, de temática variada. |
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La raíz romántica de Lacomba es innegable, como la de buena parte de los
artistas y escritores del siglo XX. Fascinado por el mundo natural y
ante su misterio, el artista se sumerge en una “contemplación creativa”
de extraordinaria potencia que no está originariamente basada en la
pericia o el ars sino en un trabajo de afinamiento interior que permite
la acción de la fuerza transformadora de la mirada. La necesidad de
salir del yo y dialogar con lo otro es una imposición de la condición
humana. Llevar este diálogo al punto, como diría Novalis, de “una
admiración apasionada”, es situarse en un nuevo ámbito. La sabiduría del
pensador creativo le permite estar plenamente en contacto con la
esencia de la naturaleza (Schelling), entendida como el misterioso reino
de las leyes universales. Se dice en Los discípulos en Sais : “Para
comprender la naturaleza es necesario recrearla en uno mismo en su
completo desarrollo (…) El hombre que piensa es llevado a la función
primera de su ser, la contemplación creativa; así se encuentra de nuevo
en el punto en que creación y saber se hallan en un estado de
maravillosa interdependencia, en un momento (…) de alegría verdadera y
de fecundación espontánea. [Cada elemento de la naturaleza] aparece ante
él como una nueva revelación del genio del amor, como un nuevo acorde
del tú y del yo (…) Gracias a la coherencia interior de nuestros
pensamientos y a su armonía con el universo, se forma naturalmente un
sistema que es la imagen y la fórmula fiel del cosmos.”
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Lacomba se sitúa serenamente ante la naturaleza y establece con ella un diálogo cuyos frutos alejan de manera tajante lo artificioso y lo pobre, tan frecuentes en el arte que hoy se nos muestra. Alcanza una sencillez antigua y a la vez una variedad riquísima de sugerencias y procedimientos. Como quien ha encontrado una fuente inagotable. Y pudiendo, además, permitirse unir la buscada insipidez de la estética tradicional china y el color y la forma de los fauves." Extraído de un texto inédito de Francisco Deco. Sevilla 2012. (Cedido por Juan F. Lacomba) |