3. Soportes: Del muro al lienzo

El soporte es la superficie donde se aplica la pintura.  Debe tener la capacidad de absorción justa para recibir la capa pictórica, y la suficiente rigidez para que se pueda trabajar sobre él. Según su naturaleza proporciona una textura que puede ser aprovechada.

El soporte que primero se utilizó fue el muro, ya el hombre utilizaba las paredes de las cuevas en el Paleolítico. La técnica del fresco se ha practicado durante siglos, y aún hoy los grafitis son una muestra de que la pintura mural sigue viva.

En este apartado vamos a hablarte de los soportes utilizados más frecuentemente, la tabla, la tela y el papel, para que te hagas una idea general de las posibilidades que puedes manejar, según sean tus preferencias, el procedimiento y el tipo de trabajo que vayas a realizar.

Imprimación

Sobre el soporte se aplica la imprimación, que es una capa de preparación previa que optimiza sus condiciones de absorción y también lo aísla de los posibles ataques de la intemperie y de algunos componentes de la pintura, como el aceite de linaza. Se dice que no hay soporte malo si lleva la imprimación adecuada.

La imprimación está compuesta por algún tipo de cola más un blanco de carga. La preparación más tradicional llevaba cola de origen animal, la llamada cola de conejo, que se presenta en tabletas o bolas cristalizadas que hay que poner en remojo durante un día para poderlas utilizar tras calentarlas en agua; es una preparación muy buena aunque laboriosa. Actualmente se utilizan también colas de tipo sintético, vinílicas, como el acetato de polivinilo, o acrílicas, como el primal.

Los blancos de carga que se utilizan son el carbonato cálcico (blanco de España) o el sulfato cálcico. Estos blancos dan consistencia a la imprimación, pero no son muy puros, por lo que se utilizan junto a algún blanco más potente, por ejemplo el blanco de titanio o el blanco litopón.

En el epígrafe dedicado al aula taller vamos a darte un ejemplo completo para que aprendas a imprimar tus soportes.