Si nos fijamos con detenimiento observaremos cómo nuestra relación con Internet comenzó con una fase en la que, gracias a las páginas web, la conocida red World Wide Web, podíamos consultar todo tipo de información, tener acceso a noticias casi en tiempo real, a documentación ilimitada, etc.
En algún momento de ese camino de acceso a la información, una gran cantidad de usuarios, por no decir la mayoría, se va convirtiendo progresivamente en generadores de contenido, especialmente con el aterrizaje del concepto de la web 2.0. Hoy en día muchos de nosotros publicamos contenidos en Internet con las herramientas que tenemos a nuestra disposición, ya sea a través de un blog, a través de redes sociales, sistemas de microblogging, participación en grupos de trabajo, etc. Hemos pasado de meros consumidores de información a generadores de contenidos.