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3.1. Diseñados para caducar

Es comprensible que se prevea y se estudie la durabilidad de un producto, lo que si puede sorprendernos es que un producto no se diseñe con la intención de que dure el máximo tiempo posible. La caducidad intencionada de productos de consumo ha creado una gran polémica. Por otra parte, la supervivencia de muchas empresas que dan trabajo a mucha gente, depende de su continua producción, aunque La inutilidad de innumerables productos hace que aumente los deshechos contaminantes, creando a su vez problemas de tipo ecológico.

A este fenómeno se le ha llamado Obsolescencia Programada, puedes ver este interesante vídeo

 


La caducidad inesperada de distintos productos, las anomalías y defectos de fabricación y otros problemas que afectan a los consumidores han favorecido la aparición de distintas organizaciones que defienden al consumidor. En España existe el Instituto Nacional del Consumo, que es el organismo de la Administración General del Estado que, en desarrollo del artículo 51 de la Constitución y del texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, ejerce las funciones de promoción y fomento de los derechos de los consumidores y usuarios

Puedes acceder a su web aquí: Instituto Nacional del Consumo