3. Factores comunes en todo diseño

Un diseño es el resultado de un minucioso proceso, del que hablaremos más adelante, en el que se tienen en cuenta numerosos aspectos, algunos son, otros son más específicos de cada tipo de producto que se pretende diseñar.

Aunque puede haber ciertas similitudes entre un artista, un inventor y un diseñador, no debemos confundirlos.

Todo diseñador debe tener en cuenta:

Que su producto sea una respuesta novedosa a un problema, es decir, que sirva como una solución a una necesidad, y que esta solución no sea cualquiera, sino la mejor posible, lo que supone un estudio de varias soluciones, y no solo una, entre las que se elige la mejor posible. La relación del producto con las personas y el entorno es un elemento esencial en este estudio.

El conocimiento del máximo de recursos: herramientas, útiles o instrumentos para el proceso de diseño, desde el lápiz hasta el ordenador; conocimientos técnicos, como geometría y matemáticas, normalización, técnicas gráficas, antropometría, ergonomía, biónica, sociología, etc. 

Conocimiento de materiales: propiedades y comportamiento, desde su durabilidad hasta aspectos como el de su posible toxicidad.

La valoración de los factores coste - calidad, rentabilidad, consumo, etc. que determina la viabilidad del producto. Al proceso de diseño le sigue el proceso de fabricación, por lo que ha de estar todo pensado y preparado para que se pueda dar este paso.

En muchos casos, la elaboración de un producto de diseño, exige que intervengan en él más de una persona, ya que resulta muy difícil que una sola persona tenga todos estos conocimientos. El diseñador se verá asistido por otras personas que forman parte de su equipo y que pueden informarle y orientarle para que el resultado sea el óptimo. Aún así, no resulta fácil prever la buena aceptación de un producto que va dirigido a muchas personas.