2.2. Instalaciones

La instalación de Olaf Nicolai, en la Galería Carolina Nitsch de Nueva York, duró dos meses. Se empleaba unos 400 libros en distintos colores, presentados en mesas jugando con el espacio. Había unas 16 copias en color sobre paredes pintadas.

Para realizar estas copias coloreadas se utilizó una prensa de litografía industrial. Jugando con el azar, fueron añadidos los distintos colores. La máquina, durante el proceso, originó mezclas diferentes para cada hoja.

El artista a menudo usa objetos diarios y productos culturales así como referencias históricas. Con su trabajo combina preguntas corrientes en la política y la cultura.

La instalación ha sido planteada especialmente para ese lugar, para ese espacio en concreto. Los cuadros, los colores , las mesas, todo está formando parte de un conjunto único, hermoso y sorprendente.

Aunque puede parecer lo contrario, todo está pensado, desde el recorrido, hasta la posibilidad de observar desde el escaparate, incluso las aparentes acumulaciones de papeles, son conscientes composiciones de color.

Javier Velasco. La línea 1963.
Sin Título.
Instalación: retícula de nylon, gotas de vidrio fundido y solidificado.
Ubicación Sacristía de la Cartuja de Sevilla.
Un espacio del s. XV, mudéjar que estuvo decorado con pinturas de Zurbarán, es el receptáculo de esta instalación.
Cuando te mueves por el recinto de la sala la visión varía según el punto de vista y el momento del día, pues la luz entra por la ventana que ves.

Esta es una instalación permanente, forma parte de la colección del Centro Andaluz de Arte contemporáneo. El artista la diseñó para aquel lugar. Una instalación permanente implica que debe ser mantenida, debe estar limpia y se deben sustituir las piezas que se deterioran por algún motivo. Esta labor la hacen los restauradores.