2.4 El timbre
Si oímos hablar a algún conocido al otro lado de la puerta, enseguida reconoceremos de quién se trata gracias a su timbre de voz. Esta propiedad es la que nos permite distinguir unos sonidos de otros en función de su origen y su modo de producción, de manera que cada voz es diferente porque cada instrumento que la produce (cuerdas vocales) y amplifica (resonadores del cuerpo) son diferentes. Es lo que nos permite distinguir un violín de una guitarra o de una flauta aunque estas hagan la misma nota (igual altura), al mismo volumen (igual intensidad) y durante el mismo tiempo (igual duración).
La diferencia entre unos timbres y otros parece que se debe al material que produce el sonido y el modo en que hacemos vibrar ese material (no es lo mismo golpear una cuerda que frotarla con un arco), pero si profundizamos un poco, ¿cómo se nota esto en las ondas sonoras? Para entenderlo de forma fácil nos tenemos que remontar a una afirmación muy importante: los sonidos que escuchamos son complejos.
Es decir, cuando chocamos las palmas, por ejemplo, no oímos una única onda sonora resultante de ese golpe, sino una resultante de muchos sonidos simultáneos que nosotros percibimos como uno. Esos sonidos simples que forman el sonido complejo se llaman parciales armónicos, y de su diferente proporción y evolución en el tiempo depende que un sonido suene de una manera o de otra.
En este vídeo repasamos todos los elementos físicos del sonido.