1. Cuando las imágenes eran únicas

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Actividad de Lectura

"Hay en todas las artes una parte física que ya no puede ser mirada ni tratada como antes, que no puede ser mantenida al margen de las empresas del conocimiento y de los poderes modernos. Ni la materia, ni el espacio ni el tiempo son de veinte años a esta parte lo que habían siempre sido. Hay que esperar que tan grandes novedades transformen toda la técnica de las artes, influyendo con ello en la misma inventiva y quizá, llegando hasta a modificar maravillosamente la noción misma de arte."
PAUL VALÉRY, "La conquista de la ubicuidad"
Pièces sur l'art

Esta clarividente cita del pensador Paul Válery va a servir de marco para introducirte este apartado. Clica en la retroalimentación y luego seguimos...


 

La historia de las imágenes va pareja evidentemente a nuestra evolución como especie. Podemos decir que hemos aprendido a representar el mundo a nuestra imagen y semejanza, que vivimos inmersos en una civilización que rinde culto a las imágenes. Mira a tu alrededor, te verás  invadidos por doquier de imágenes, marcas, logotipos y simulacros a través de  todos y cada uno de los medios de comunicación,  como puedes ver en este vídeo, trailer de un corto llamado Logorama.

Pero hubo un tiempo en que las imágenes eran escasas, muy escasas. Vamos a ponernos en situación: en el Paleolítico la prioridad era la caza y nuestros antepasados debían trasladarse permanentemente en busca de comida. Por esta razón es fácil suponer que las ocasiones necesarias para la creación de imágenes serían más bien pocas, como también serían pocos los soportes y espacios para representarlas en unas poblaciones en permanente nomadismo de unas zonas a otras, sin asentamientos fijos.

Aún así, tuvieron tiempo para poder dejarnos pocas pero excepcionales muestras en abrigos rocosos y cuevas, como Altamira o Lascaux, por ejemplo. Dichas imágenes seguramente fueron realizadas con fines mágico-religiosos, es decir, muy excepcionalmente, cuando la ocasión y el ritual lo requerían. Recuerda que se habló el curso pasado acerca de la importancia del ritual en el tema Dibujo, Cultura y Antropología.

Aunque sería largo explicar aquí toda la posterior evolución técnica e iconográfica del arte prehistórico, se puede resumir que durante el Neolítico, los nuevos hábitos sedentarios (ya no son comunidades nómadas y cazadoras sino tambien recolectoras), el desarrollo técnico-social (aumento demográfico, mayores concentraciones humanas en asentamientos estables en forma de poblados y aldeas) y el reparto más racional del trabajo, se dispusiera de un mayor tiempo y una mayor especialización para dedicar a ciertas actividades artesanales y al perfeccionamiento y decoración de enseres domésticos, pieles y herramientas manipulativas.

Y también, un detalle importante para la reflexión: aquellas imágenes que en un momento se confinaban a un ámbito religioso-mágico (las pinturas en los santuarios de las cuevas) pasarán al ámbito doméstico y profano: cerámica, arte textil, la indumentaria, etc. Nuevos  hábitos productivos y sociales que conducirán a la figura del artesano y poco más adelante, al artista, aunque durante muchos siglos artesanos y artistas estuvieron encarnados en las mismas personas: los hacedores especializados en objetos e imágenes. Más adelante, y sobre todo desde el Renacimiento, seguiran caminos diferentes.